sábado, 25 de octubre de 2014

FÉTICHE

LA MASCOTA
Ladislas Starevich

 “Fétiche”/ aka “Fétiche mascotte”. Una producción de Ladislas Starevich para Gelma-Films. Escrita, fotografiada y dirigida por Ladislas Starevich. Música: Edouard Flament. ByN. 1934

 
Diversas variantes del nombre y apellidos del cineasta pueden encontrarse en los créditos de su filmografía: Wladislaw (con o sin “y”), Ladislav o Ladislas son los más habituales; y entre los apellidos, Starewictz, Starewitch, Starewicz, Starewich o Starevich. 

Entre los pioneros del arte cinematográfico, destaca como un gigante Ladislas Starevich por la imaginación y perfección técnica de sus películas, claramente inspiradoras de realizadores como Henry Selick, Tim Burton o Jan Svankmajer. Pese a la trascedencia de su obra, la figura de Starevich se ha visto injustamente olvidada por historiadores y aficionados debido quizás a la larga decadencia del último periodo de su filmografía, la desgraciada pérdida de muchas de las películas que realizó a caballo de Rusia, Polonia y Francia entre 1909 y 1922 y su feroz independencia creadora, al margen de grandes productoras o estudios, como único maestro artesano de un arte que él solo inventó y desarrolló hasta la aparición de Jiri Trnka en la década de los 40: las películas de marionetas, en las que alcanzó un alto grado de perfección por la expresividad de sus muñecos, el minucioso detallismo de los decorados y la complejidad de su puesta en escena, que le permitía incluir en sus películas secuencias con varias decenas de figuras animadas dotadas de movimiento independiente.

El protagonista animado de la película, el perro Fetiche, recibió el nombre de Duffy en los países anglosajones, donde también fue difundida la película en una versión mutilada conocida como “The Devils Ball” que eliminaba toda la subtrama sentimental, recreándose en las escenas más delirantemente surrealistas.

La Mascota fue realizada en 1933, durante uno de los periodos más fecundos y brillantes del relizador, tras finalizar la producción de “Le Romance de Renard”, el primer largometraje de animación francés (aunque diversas vicisitudes retrasaron su sonorización otros diez años). Y es considerada por Terry Gilliam, en su particular top ten del cine de animación, como la mejor película de stop motion de todos los tiempos (por encima de la otra obra maestra del realizador, “La venganza del cameraman”, 1912). En cualquier caso, “La Mascota” puede considerarse indudablemente como la película más representativa de este cineasta, no sólo por la perfección técnica de la animación y la expresividad de sus muñecos, sino porque combina los principales rasgos y características de su cine: el sentimentalismo victoriano facilón y con moralina, su sentido del humor negro (incluyendo insinuaciones algo subidas de tono: el mono que intenta seducir a la bailarina y la toquetea descaradamente), pero sobre todo su constante inventiva visual, más allá de las limitaciones presupuestarias y técnicas (el animador era prácticamente su propio equipo, y utilizaba como intérpretes de sus películas a su mujer y su hija), utilizando pantallas de proyección trasera y personas reales para que los muñecos interactuaran en un espacio real con actores de verdad.

Mientras termina de coser el muñeco que pretende regalar a su hija enferma, la madre vierte una lágrima que acaba cayendo en el corazón del perrito de trapo.

El argumento es el siguiente: en una pobre buhardilla que parece salida de uno de los relatos de Charles Dickens, una madre cose diversos juguetes de trapo mientras vela junto al lecho de su hija, gravemente enferma. La niña pide una naranja, pero La Madre, que adivinamos viuda y sin dinero, sin más medios que lo que recibe en su trabajo de costurera, cosiendo retales y restaurando muñecos, no puede permitirse comprarle fruta a La Hija, que acaba durmiéndose, vencida por la fiebre.

Cuando los humanos duermen o permanecen ausentes, los muñecos cobran vida. Y Fetiche, que es el nombre del perrito de trapo que acaba de coser la madre, conmovida por la miseria de la familia, decide salir a la calle en busca de una naranja con la que que alimentar a su famélica amita.

Fetiche se interna en los arrabales de la ciudad subido a un coche. La sensación de velocidad se consigue con la retroproyección de imágenes/ fotogramas rodados a baja velocidad desde un coche, y el movimiento de las orejas y el pelo del muñeco, con la especial atención al detalle que caracteriza toda la obra de Starevich

Las aventuras de Fetiche entre las calles de parís permiten a Starevich integrar en estas imágenes el cine de imagen real con el stop motion. El perro es colocado en un escaparate, y comprado y colgado de la ventana trasera de un coche. Tras escapar y hacer aguas menores entre los zapatos de un policía, Fetiche encuentra finalmente una naranja, que envuelve en un papel. Pero cae la noche, y con ella, despiertan ratas, espinas de pescado, esqueletos de pollo y juguetes rotos que se dirigen a El Cabaret del Diablo, adonde también recala Fetiche en su viaje de regreso a casa.

El diablo se forma junto al cementerio a partir del licor vertido de la botella de un borracho. Se crea una tormenta. El viento empuja el papel de los periódicos, y varios relámpagos iluminan la noche (creados mediante la luz de una lámpara, que Starevich mueve frente a la cámara aprovechando que la lenta velocidad de obturación impide que su imagen aparezca en pantalla)

Entre los clientes del cabaret, encontramos un navajero de parís, el típico “apache”, con su fulanita, una sexy bailarina.

El saxofonista inicia su actuación: a medida que sopla el instrumento o coge aire, el globo que hace de muñeco se hincha o deshincha

Las criaturas se divierten al ritmo de la música: más de cincuenta personajes, cada uno de ellos con reacciones, gestos y movimientos corporales independientes.

El mono traba conversación con la bailarina y se toma más de una liberalidad con ella. ¿Un nuevo “cliente”, quizás?...

Entre las criaturas de la noche, Fetiche encuentra también una antigua amiga: otro muñeco de trapo cosido por La Madre; una tigresa que le ayudará a escapar de sus perseguidores armada de garras y dientes.

Como pago por entrar al cabaret, el diablo reclama a Fetiche la naranja.

Una cohorte infernal persigue a Fetiche: muñecas descabezadas, trolls gordezuelos montados en cucharas, vegetales antropomórficos que surcan los aires a lomo de sartenes y cestas, esqueletos de gato montados sobre esqueletos de caballo que utilizan a modo de montura…

Tras resistir las tentaciones del diablo, Fetiche escapa del cabaret perseguido por todo tipo de criaturas. Tanto el baile como la persecución sirven de excusa a Starevich para introducir todo tipo de personajes grotescos, que reflejan tanto la imaginación del cineasta como su sentido del humor ligeramente perverso. En un raro momento, un esqueleto de gallina pone un huevo, de cuyo cascarón asoman la cabeza y las patas de un esqueleto de pollo. Entre los restantes personajes, se incluyen diversos vegetales (cebollas, zanahorias…) que persiguen a Fetiche armados con pertrechos de cocina. Otros dos personajes, a modo de brujas salidas de una pintura negra de Goya, montan en una cuchara que alza el vuelo.

El clímax del cortometraje.

Fetiche escapa de la turba de juguetes diabólicos y demonios que buscan su naranja, y consigue encontrar el camino de regreso al hogar. La Hija despierta de su sueño y descubre la naranja. Abre la boca y de un mordisco arranca un pedazo de fruta. Cuando La mMadre despierta, La Hija está recuperada.

¡Parece mentira que sólo un poquito de vitamina C baste para prevenir el escorbuto!

"La Mascota" es una obra de sorprendente perfección, como prácticamente toda la obra de Starevich. Su atención al detalle es sorprendente. Cada personaje está caracterizado de forma individual, y no hace falta sonido o diálogo para que adivinemos sus pensamientos. Las soluciones visuales siempre son ingeniosas, mezclando dioramas, retroproyecciones, imágenes en negativo, o bien jugando con la velocidad de la exposición, la velocidad de cámara... Puede decirse que Starevich fue -por encima de Emile Cohl- el verdadero creador de la Stop-Motion, que en sus manos alcanzó un nivel de calidad que no fue superado hasta "Pesadilla el día de Navidad" de Henry Sellick-Tim Burton (que también parece influida por esta película).

El cineasta, durante el rodaje de una de sus películas

"La Mascota" gozó de cierto éxito comercial más allá del mercado francés, lo que propició cuatro secuelas: “Fetiche prestidigitador” (Fétiche Prestidigitateur, 1934), “Fetiche se casa” (Fétiche se Marie, 1935), “Fetiche en viaje de luna de miel” (Fétiche en Voyage De Noces, 1936) y “Fetiche y las sirenas” (Fétiche Chez les Sirènes, 1937). Poco después tendría lugar el tardío estreno de “Le Romance de Renard”, ya mencionada, primer largometraje francés de animación, en el que invirtió 10 años de trabajo como diseñador artístico de una veintena de decorados y cerca de un centenar de guiñoles a escala real 1:1, y otros diez años para su sonorización. A partir del estreno de este largometraje, Starevich inició una lenta y prolongada decadencia hasta su muerte, en 1965, mientras rodaba su postrera e inacabada “Como el Perro y el Gato”.

“(La) obra (de Starevich) es absolutamente impresionante, surrealista, inventiva y extraordinaria, y abarca todo lo que Jan Svankmajer, Walerian Borowczyk y los hermanos Quay harían posteriormente... Aquí es donde todo comenzó.” (Terry Gilliam)

11 comentarios:

  1. Impresionante sucesión de imágenes que, aún tratándose de fotogramas estáticos, son buena muestra de la originalidad y maestría del autor. La siniestra y burlona imagen del diablo supera por sí misma el atávico pavor que inspiran los muñecos de ventrílocuo. Impagable la insólita historia del cabaret de los muñecos. Y no me duelen prendas al reconocer que el final feliz, con la humilde naranja salvadora permitiendo a la madre recuperar la salud de su hija, me ha hecho coronar la historia con la alegría del bien consumado. Otra exquisitez recuperada para esta sección.

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  2. Hay algunos errores graves acá. Para empezar, "Le Roman de Renard" no le llevó 10 años, sinó 18 meses, la sonorización fué tardía. Las marionetas NO son escala 1:1 (la más grande mide apenas 80 cm) este es un error que se comete al ver una foto trucada del autor en la que aparece al lado de las marionetas.Y lo más importante, nunca "inició una larga y prolongada decadencia" (acaso has visto las peliculas en color del año 1949 al 1958????) . Antes de Escribir sobre Starewitch, hay que fijarse las fuentes, hay mucha información errónea rondando por la web.

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  3. De todos modos aprecio tu reseña sobre Starewitch, aunque estoy en contra de que 20 años de trabajo de su nieta (publicación de libros DVD's) se reduzcan a que se siga diciendo que las marionetas de "Le Roman de Renard" tienen talla humana (hace poco han estado exibidas en barcelona)

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  4. Hola Alejandro, ante todo gracias por tu participación y tus correcciones. Como sin duda sabrás, "la ignorancia es muy atrevida" y me temo que en aras de completar el comentario sobre un cineasta todavía poco conocido me he dejado llevar de ideas preconcebidas sin contrastar las fuentes.

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  5. Por fortuna, google blogs tiene esa maravillosa herramienta que se llama "editar" y me permite subsanar los defectos o errores cometidos sin que se note demasiado. Procuraré rectificar la reseña, y para evitar nuevas meteduras de pata, haré referencia expresa a la fuente de referencia. Por supuesto, estás invitado a participar en la medida que te parezca oportuno, y no dudaré en incluir todos aquellos datos que enriquezcan la crítica.

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  6. Por lo demás... disculpa que hable de una "larga y prolongada decadencia". Es un comentario sin duda poco afortunado que se basa en el artículo de Giannalberto Bendazzi dedicado a Starevich incluido en el libro "Cartoons", y en la visión de un único cortometraje de este periodo, "Carousel Boreal", que no llamó especialmente mi atención. No me cabe la menor duda que, como ocurre con la carrera de otros cineastas, esta presunta decadencia (que yo no me invento) no tenga otra razón sino la dificultad de contemplar hoy día esta parte de su obra. En no pocas ocasiones, un comentario crítico generalizado suele esconder carencias graves de base. Unos críticos copian de otros... y el resultado es un conjunto de falsedades que lejos de ayudar al conocimiento de estos autores, nos alejan de ellos. Otras veces he criticado esta ligereza (por ejemplo, en otro comentario de este blog dedicado a la película "She married her Boss" de Gregory La Cava), y lamento que en esta ocasión haya incurrido en ella.

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  7. Por lo demás, disculpa el resto de mis opiniones y comentarios, que son ante todo subjetivos y proceden de un mero aficionado. Mi intención es intentar dar una visión lo más completa posible de cada película en aquellos aspectos que en mi opinión las hacen especiales, fomentar el interés por estos films en su contexto (los años 30) y darlos a conocer. Aunque me extienda mucho sobre aspectos técnicos, mi enfoque es absolutamente sentimental; y creo que es esta cualidad es la que puede redimir las reseñas menos logradas, como parece ha sido ésta.

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  8. Mis conocimientos de Starevich son ciertamente limitados. He podido ver apenas una docena de películas de este cineasta (entre largos, medios y cortometrajes), que creo sólo suponen la quinta parte de su obra. De modo algo pedante, considero a este autor un "descubrimiento personal", pues tuve acceso por primera vez a su cine hace más de 20 años, cuando parecía un completo desconocido del que no se sabía nada (aparte de los comentarios y fotogramas incluidos en La Historia del Cine de René Jeanne, que leí hace ya más de 30 años, y un breve comentario en "Días de Cine" hace ya más de 10) y me sorprendió enormemente, hasta el punto de considerarle un autor muy superior a Emile Cohl, y a la altura del maravilloso Jiri Trnka. Supongo que compartes al menos una parte de esta opinión, y entiendo que es tu amor por la obra de Starevich la que te ha hecho reaccionar. Te pido por ello disculpas y espero que en el futuro seas igual de incisivo y acertado en tus comentarios. Toda opinión experta es siempre bienvenida... pero la opinión de cada película es mía, y eso es difícil que pueda cambiar. Un saludo, Alejandro.

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  9. Gracias por el reconocimiento de mi corrección! Perdón si fuí un poco seco. Aprecio mucho tus conocimientos sobre cine. Si te interesa la obra de Ladislas Starewitch, hace poco ha salido a la venta un DVD con todas las peliculas de Fétiche ("Les aventures de Fétiche" se llama) Está en francés subtitulado al inglés.

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  10. Gracias por el reconocimiento de mi corrección! Perdón si fuí un poco seco. Aprecio mucho tus conocimientos sobre cine. Si te interesa la obra de Ladislas Starewitch, hace poco ha salido a la venta un DVD con todas las peliculas de Fétiche ("Les aventures de Fétiche" se llama) Está en francés subtitulado al inglés.

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